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Alma y Piel

Mis ángeles...

<center>Mis ángeles...</center> Y es que la dicha de haber crecido rodeada de ángeles me embarga de agradecimiento…
Y es que mi niña, mi mujer, mi vida, la que muchas veces jugaba en soledad, se vio acunada siempre en los calidos brazos de esos seres, que en lugar de tener cara de hombres perfectos como los pintan, han tenido cara de amigos, de fieles compañeros, de caricias de inigualable calidez y ternura..

De ángeles de carne y hueso, y cuyo cuerpo en lugar de estar cubierto de majestuosos linos celestiales, ha estado cubierto de sedoso pelo, de hermosas plumas, de brillantes escamas, y gruesas cerdas que cobijan el ser.

Y es que en mis recuerdos aun flotan sus caricias, sus abrazos, sus besos, su apoyo, su compañía, sus miradas compasivas y alentadoras, sus palabras salidas del alma… esas que aun sin hablar el mismo idioma que yo… siempre me lo dijeron todo.

¿Y como no llevarlos tan adentro?
Si mis lágrimas y mis temores siempre se vieron acompañados de la comprensiva presencia de alguno de ellos.

Si mis risas y alegrías las compartieron conmigo también, y fueron quienes arraigaron en mí… un amor que dichosamente se ha sabido alimentar no solo de los seres de mi misma especie.

Si aun recuerdo aquel primer ángel, que con cuerpo de roedor y vestido de blanco, me enseñó a mi corta edad… a amar mas allá, a ver la belleza de la vida y la fragilidad de esta, reflejada en sus pequeñas fauces… todo esto cuando mi pequeña cabeza aun no comprendía lo importante que era alimentar mi amor y hacerlo crecer.

Ese ángel que aquel buen hombre un día puso en mis manos, sin saber que mas que en ellas, estaba sembrando en todo mi ser... la capacidad para medir mis fuerzas, para sostenerlo con ternura y no oprimirlo para no asfixiarlo, cosa que me serviría en adelante durante el transcurso de mi existir.

Y que me enseño al igual, que por mas pequeño que sea un cuerpo… la vida esta en el, tan viva y tan llena de magia, como en cualquiera de nosotros. Y me ayudo a comprender que no solo yo existía… que debía interactuar con el mundo que me rodeaba y cuidar de el.

Y como olvidar a ese otro ángel que una noble mujer me obsequio con gran cariño, envuelto en una manta de colores vistosos, esos mismos que quedaron empañados con el brillo de mis ojos al verlo, y con la luz azul que me nació en el corazón al tenerlo en mis brazos.

Ese ángel que vestido de can, me acompaño desde mi corta niñez hasta mi adolescencia, que me vio caer y levantarme, que me vio sufrir y amar, que me vio perderme y encontrarme….

Ese ángel, que partió de mi presencia bañado de sangre y atrocidad, a manos de una persona inconsciente que le cegó la vida. Pero que antes de partir, dejo sembrada en mí la conciencia de la amistad y el compañerismo que no tiene barreras.

Que me enseño también, que nada es eterno, y que como ángeles que son, un día retomaran su vuelo, y viajaran hasta su mundo que no conoce mas maldad que la que nosotros hemos sembrado en ellos.

Que viajaran hasta ese mundo, pero que dejaran en nosotros parte de el ….para no dejar desnuda la caricia de su sinceridad en nuestra piel de sangre… y que como ellos, así lo harán todos los demás seres que he amado. Que volaran un día igual… pero que seguirán en mi corazón, como parte del mundo que ellos mismos ayudaron a edificar en mi, y que por lo mismo siempre formaran parte de el.

Como no recordarlos a todos y cada uno de ellos, como no recordar su calor que me acogía, sus miradas puras que aun vuelan en mi alma, como un abrigo para reconfortarme después de lastimarme con las miradas llenas de odio, frío y rencor de algunas personas que se hacen llamar humanas.

Como no amar los colores con que pintaron mi niñez, y que siguen pintando mi recorrido en esta vida.

Como no amar a los que estuvieron y a los que están, a los que vienen y a los que se irán… si han sido capaces de hacer brotar en mi un sentimiento tan grande, como lo es amar mas allá de los muros de la igualdad, y que me han ayudado a extender esta gran dicha que nos ha sido dada, que es el poder de no querernos solo a nosotros mismos.

Entonces…
¿Como no quererlos y cuidarlos? Si para mi…. aunque muchos no los vean así…. en realidad son ángeles pintados de inocencia e instintos, y que han sido encarnados delicadamente en el cuerpo de un animal.

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